“No es un trabajo literario, en absoluto. Queríamos lanzar algo corto y estimulante. Puede que hasta tenga faltas de sintaxis”, reveló sobre su panfleto en una entrevista con el diario español El País.
Alemán de nacimiento, Hessel se nacionalizó francés cuando sus padres logran escapar de la persecución nazi. Luego se enrolaría en la Resistencia, atrapado por la Gestapo, torturado y condenado a muerte.
El librito, escrito en clave de epitafio busca espabilar a todos esos individuos que, siendo jóvenes (lo cual debe interpretarse en el amplio sentido de la palabra) permanecen alienados, inermes e igualmente inofensivos.Yo no propongo intifadas o atentados o movilizaciones violentas, pero creo que es necesario que los conglomerados pasivos empiecen a emerger y a hacerse oír. Es esperanzador ver a las juventudes en Chile, Siria, Egipto, España, Francia demandando lo que les pertenece, eso que el estado está obligado a
proporcionar y no ver como los políticos se burlan impunemente de países enteros.
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