"Pues allí fue donde penetré en esa fase en que un niño sobrepasa suficientemente su ingenuidad para comprender que las reacciones emocionales de los adultos son a veces absurdas por sus contradicciones, y puede, en su propia panoplia de razonamientos, pintar esos pálidos colores del juicio que resultan de los momentos iniciales de la capacidad de examinar críticamente las perplejidades de la vida mediante pequeños intentos y giros de la máquina cerebral, hasta que se difuminan para unirse muy pronto a ese tren de la experiencia recordada que lleva las señales que indican que la existencia, en sí misma, supera de largo el esfuerzo de tracción pensando que, para empezar, los conductores inadvertidos resistan con eficacia cualquier acción floja, y así necesita continuos cortes en el transporte –que realiza como si estuviese gobernado de por vida por el marcaje de un capataz de campo de estudiantes que, agobiado por el tiempo acelerado y trabajando siempre contra la carga excesiva de contenidos emocionales, nunca deja de ser una pelota perdida entre las hierbas crecidas del desarrollo personal- hasta que, con énfasis siempre cambiante en toda una serie de grados de conciencia (que llevan desde los comienzos, enraizados en una oscura intuición infantil en la que todavía no está claro si es el mundo para un alma o un alma consciente de sí misma con un mundo), la carencia temprana –pues ¿qué niño mantiene la lógica?- alcanza un punto de fosilización tardía, resultado de movimientos erróneos repetidos en un interminable vaivén de significados oscuros apelotonados dentro del cráneo donde, mediante esos hábitos lesivos, se ha terminado la flexibilidad de intercambiar pensamientos y descargar el peso muerto que permitiría una válvula normal, y así, según dicta el Destino Fáustico, es una mente inepta, limitada en una existencia marcada con firmeza justo por encima del balasto sesgado del constante ‘yo’ que cimienta cualquier anhelo de espacio al que conduzcan los raíles gastados de la comprensión civilizada, y de este modo limitada a simples recogidas y envíos de opaca distorsión mientras circula indecisa por el consabido carril preferente del Pensamiento Occidental."
'El primer tercio'
- Neal Cassady -
Neal Cassady( 8 febrero 1926 - 4 febrero 1968)
Catalizador e ícono de la Generación Beat.
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