Cuando la ecología puede volver inhumano el acto de "vivir la casa", es hora de pensar que esos discursos "pro-verde" han llegado demasiado lejos o que quizás alguien pueda tomarle el pelo a mucha gente con una palabrería adecuada para oídos de fanatismo desaforado.El discurso inicial de este proyecto dice: "Así es como en un futuro próximo queremos construir las casas. Rápidamente, eficientemente, sin desperdicios y con materiales ecológicos de alta tecnología. No más ladrillos ni bastidores. No más costosas construcciones in situ, lentas y dañinas para el entorno."
Un concepto inhumano, este tipo de confección de habitáculos tiene, por supuesto su carga de daño ecológico; la despersonalización de esa extensión básica del ser humano que es su casa; la irrupción del entorno con tipologías impersonales, lejanas, inconcebibles.
Hasta dónde la ecología puede dejarse llevar hasta convertirse en una mercancía de comercio global.
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