Pierdo sintonía,
me desligo de charlas y de amigos,
que han de preguntarse
a dónde voy
mientras cruzo pasillos y parqueos.
Regreso
a mi cabeza hueca
que deshabita la ciudad,
que va buscándote,
siempre buscándote
y siempre divagando,
siempre deteniéndome en un recodo musgoso
en una flor ahogada en la banqueta,
en una corteza habitada por insectos.
Tu me esperas con tu risa,
con tu frente poblada de volutas.
Tu me encuentras tarde,
-siempre llego tarde-
con los ojos llenos de cosas
que no puedo darte,
y vacilo al ofrecerte
esta semilla de ciprés,
este guijarro blanco.
Crapillo 08 - '07.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario