martes, junio 12, 2007

La Ciudad

La ciudad me precipita hacia sus bordes,
la ciudad me aborta,
la ciudad se mueve
en un arritmo con mi andar.

La ciudad se dilata y se contrae
en amplias calles y alamedas.
La ciudad trepida al contacto de mis pasos,
la ciudad muerde
las plantas de mis pies.

Pero hay reductos
donde he podido anclar por un instante,
por meses, por semanas,
por tardes enteras.

Vetustos parques vigilados
por postes de luz despellejados,
mesas donde nadie apura mi taza,
paredes lamidas por el musgo
que resucita cada invierno.

Inverosímiles aceras,
desechos urbanos que nadie busca.
Árboles acontextuales, requiebros,
angostas cornisas, mercados,
floristerias ambulantes, sótanos.
Ventanas que delimitan
mi contancto con el mundo.

Desconfío de mi generación
amo lo que fue,
lo que será.


Crapillo, 2007.

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